lunes, 28 de mayo de 2012

Un breve esbozo de la funcionalidad de la educación en la sociedad capitalista.

COLECTIVO POLÍTICO AMÉRICA MESTIZA. Un breve esbozo de la funcionalidad de la educación en la sociedad capitalista.

La sociedad capitalista en el marco de la propiedad privada y la gestión jerárquica de los medios de producción que permiten la reproducción material y cultural de la vida, estructuran relaciones sociales condicionadas por la división en clases sociales que tienen intereses y necesidades antagónicas, que se organizan en sí por su posición concreta en el ciclo de acumulación del capital. Estableciendo interacciones dicotómicas y contradictorias: propietarios o desposeídos, burgueses o trabajadores, receptores de ganancias o salarios, entre otras.

Al mismo tiempo, en correspondencia con la expansión colonialista de las formas de relacionamiento y producción del capitalismo, se promovió la inserción de regiones mundiales con una funcionalidad diferente en el ciclo de acumulación del capital: centros desarrollados imperialistas y periferias explotadas. Generando relaciones caracterizadas por la desigualdad, la asimetría y la polarización, que se reproducen mediante la extracción de excedentes económicos creados por el trabajo y la apropiación privada de los bienes comunes de los pueblos de las periferias por parte de las clases dominantes de los centros imperialistas. Concretamente a través de mecanismos como la repatriación a sus países de origen de las ganancias captadas en los mercados internos por parte de las empresas transnacionales que en muchas oportunidades son propietarios o gestionadoras de los bienes comunes, la cancelación de los servicios de las deudas externas a los acreedores internacionales, la remuneración de las licencias utilizadas para producir bienes con patentes de propiedad foránea, el  pago de los seguros y fletes internacionales para el traslado de los bienes exportados e importados y el intercambio de bienes y servicios con precios internacionales desiguales.

Además, el capitalismo por las características propias de su ciclo económico interno que descansa en la lógica de la maximización de la acumulación, lograda a partir de la apropiación de bienes comunes y trabajo enajenado, tiene una tendencia a la expansión global y a la explotación indiscriminada de la naturaleza; por lo tanto, incorpora mediante la violencia, la subalternización y la desposesión a distintos pueblos que viven organizados en instituciones anteriores y contradictorias a las presentes en el capitalismo como los indígenas de Nuestramerica.

Finalmente, sin restarle ninguna importancia y significación, debemos plantear como en la sociedad capitalista por su carácter de organización societal que reproduce relaciones de dominación y explotación que objetivan y mercantilizan al ser humano, perduran formas de opresión anteriores a la misma como el patriarcado que mantiene la desigualdad de género, la condición de subalternidad de la mujer y taras sociales como el feminicidio, la prostitución y la trata de blancas.

En resumen, la sociedad capitalista se encuentra plagada de desigualdad, opresión, explotación, conflictos, contradicciones, antagonismos, luchas, movilizaciones, disputas y guerras; condición que es permanente, cotidiana e inherente a la misma, pero ocultada a través de una hegemonía cultural que edifica consenso y disciplinamiento social des-politizando mediante la naturalización y sacralización del orden injusto vigente.
En este sentido, creemos que entre las funciones específicas de la educación en la sociedad capitalista se encuentra la des-politización de los seres humanos, negando el conflicto social en sus distintas particularidades y dimensiones; por ende, en un primer momento, se emplea para difundir ideas, valores, prácticas y principios que permitan la naturalización de la realidad concreta, es decir, que eviten la posibilidad de una reflexión que nos permita como educandos permanentes pensar una alternativa revolucionaria a la misma.

Igualmente, la educación en la sociedad capitalista desde su formalidad o informalidad, origina interacciones humanas que coadyuvan a la construcción de una socialización particular que se vincula a la reproducción de las posiciones concretas y puntuales que desarrollamos en la estructura social: empresarios-trabajadores, latifundista-campesino, criollo-indígena, esposo-esposa, padres-hijos, gobernantes-gobernados. Situación que se observa con las formas materiales y culturales que incentiva la relación profesor-alumnos, en la cual el primero controla el espacio educativo (sujeto) y los otros cosificados y objetivados pierden su autonomía en el mismo.

Es así como, en los procesos de enseñanza o aprendizaje cotidianos o en el marco del sistema educativo, se empieza la edificación generalizada de las subjetividades sociales que necesitan y legitiman el orden capitalista vigente. Definiendo y delimitando a través de las prácticas socialmente correctas que impone la hegemonía cultural capitalista cómo deben actuar y cómo se supone que son las mujeres, hombres, negros, mestizos, asiáticos, blancos, trabajadores, empresarios, campesinos, intelectuales, indígenas, entre otras subjetividades.

Asimismo, la educación en el capitalismo supone la instrucción de la fuerza de trabajo, es decir, se prepara a los trabajadores y trabajadoras actuales y futuros para el desarrollo de distintas tareas en la producción y en la operativización de la misma; que permitan la valorización ampliada del capital y por supuesto el mantenimiento del orden burgués. En otras palabras, se “educa” a la mano de obra para que pueda “alquilarse” en el mercado laboral con la finalidad de reproducir sus condiciones materiales y culturales de existencia mediante el salario, pero mientras produce mercancías apropiadas por el capitalista.

Nosotros consideramos que la educación capitalista tiene esas grandes funciones aludidas brevemente, logrando su legitimación a partir de ideas que promueve ella misma y la hegemonía cultural que son:
·    La supuesta movilidad social que promueve la educación capitalista,  la creación de más instituciones educativas promueve un ascenso social para todos y todas, creando una sociedad libre y abierta en la cual lo importante es solamente más educación, porque se partiría de una igualdad de oportunidades.
·    La meritocracia en la cual descansa en el capitalismo, los méritos alcanzados a partir de nuestra educación genera que logremos mejores niveles de vida y un “status” más alto.
·     El conocimiento científico y apolítico de la educación capitalista, en el cual sólo hay ideas depuradas de intereses sectoriales y sociales, realmente, condensa la verdad o demuestra la imposibilidad de una verdad absoluta, que intenta describir totalmente o parcialmente la realidad nunca transformarla porque eso es político.

Nos parece importante preguntarnos:
¿Cómo en nuestra experiencia hemos entendido la funcionalidad de la educación en la sociedad?
¿Se debe luchar por la educación pública sin promover la transformación estructural de la educación capitalista?
¿Se puede cambiar la educación sin desarrollar un proceso revolucionario o emancipatorio que transforme la sociedad capitalista en su conjunto?
¿Es igual la educación capitalista en los centros desarrollados imperialistas que en las periferias explotadas?

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